Historia de Split
Split, una ciudad croata ubicada en la costa del Mar Adriático, cuenta con una historia que se remonta a 1.700 años. Los primeros habitantes de Split fueron miembros de tribus neolíticas, aunque su desarrollo arquitectónico comenzó con la llegada de los griegos, quienes establecieron una colonia en el sitio de la ciudad. Sin embargo, fue el emperador romano Diocleciano quien dio brillo a la zona construyendo un gran palacio que estaba habitado por hasta 10.000 personas.
Diocleciano gobernó entre los años 284 y 305 d.C. y decidió que Split era el lugar perfecto para retirarse. Su impresionante palacio fue construido en más de 10 años, gran parte del trabajo fue realizado por esclavos. El Palacio de Diocleciano es uno de los monumentos históricos más importantes de la ciudad y es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En el siglo VII, cuando el Palacio de Diocleciano comenzó a estar superpoblado, Split comenzó a crecer a su alrededor. La ciudad permaneció como una entidad independiente con poca influencia exterior hasta el siglo XV, cuando cayó bajo el control de los venecianos. Bajo sus auspicios, la ciudad se convirtió en un importante puerto y un centro de rutas comerciales que conducían a las tierras controladas por los otomanos.
Tras la caída de los venecianos en 1797, Split cayó brevemente bajo el dominio napoleónico antes de ser entregada al Imperio Austro-Húngaro. Permaneció bajo los Habsburgo hasta que la Primera Guerra Mundial provocó la disolución de Austria-Hungría y un cambio de gobernante para Split. Dalmacia, junto con Split, pasó a formar parte del Reino de los serbios, croatas y eslovenos, que en 1929 cambió su nombre por el de Reino de Yugoslavia.
Split se convirtió en un centro administrativo y cultural clave bajo el nuevo régimen, situación que continuó después de la Segunda Guerra Mundial. Esta vez, sin embargo, los nuevos gobernantes fueron los comunistas y aunque la ciudad disfrutó de un auge económico gracias a la construcción naval, la elección personal y la libertad de expresión llegaron a ser prácticamente inexistentes.
En 1991, tras la guerra de Yugoslavia, Croacia declaró su independencia y Split pasó a formar parte de la República independiente de Croacia. En los años siguientes, los magníficos edificios históricos de Split han ayudado a la ciudad a recuperarse y la han convertido en un próspero destino turístico. Ahora es el tercer puerto de cruceros más grande del Mediterráneo y su futuro está asegurado.
Idiomas en Split
El idioma oficial de Split es el croata, aunque muchos de sus habitantes hablan inglés, alemán e italiano debido a la gran cantidad de turistas que visitan la ciudad. Aquí te dejamos algunas frases típicas en croata para que puedas comunicarte durante tu visita:
- Hola – Bok
- Adiós – Doviđenja
- Por favor – Molim
- Gracias – Hvala
- Sí – Da
- No – Ne
Si tienes dificultades para comunicarte en croata, no te preocupes, muchos habitantes de Split hablan otros idiomas y están dispuestos a ayudarte. Además, la mayoría de los lugares turísticos, restaurantes y hoteles tienen personal que habla varios idiomas, incluido el español.
Cultura en Split
La cultura de Split se ve influenciada por su rica historia y su ubicación geográfica. La ciudad cuenta con una mezcla de influencias romanas, venecianas y yugoslavas que se reflejan en su arquitectura, gastronomía y tradiciones.
La religión predominante en Split es el catolicismo, aunque también hay presencia de ortodoxos y musulmanes. La ciudad cuenta con varias iglesias y catedrales, siendo la Catedral de San Domnius la más antigua del mundo que sigue en uso en su estructura original.
En cuanto a su etnia, la mayoría de los habitantes de Split son croatas, aunque también hay una pequeña comunidad serbia y bosnia. La ciudad cuenta con una gran cantidad de museos, galerías de arte y eventos culturales durante todo el año.
Tradiciones en Split
Split cuenta con una gran cantidad de tradiciones y festivales que se celebran a lo largo del año. Uno de los más importantes es el Carnaval de Split, que se celebra en febrero con desfiles, música y baile. También es tradición la celebración de la Semana Santa y la Navidad, que se celebran con misas y procesiones religiosas.
La gastronomía de Split es otra de sus tradiciones más importantes. Los platos típicos incluyen pescado fresco, mariscos, carne de cordero y jamón ahumado. También es popular el vino local, especialmente el Plavac Mali, que se cultiva en la región de Dalmacia.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la mejor época para visitar Split?
La mejor época para visitar Split es de mayo a septiembre, cuando las temperaturas son cálidas y la ciudad está llena de turistas. Sin embargo, si prefieres evitar las multitudes, también puedes visitar la ciudad en primavera u otoño.
¿Es seguro viajar a Split?
Sí, Split es una ciudad segura para visitar. Sin embargo, como en cualquier otra ciudad turística, es importante tomar precauciones y estar atento a tus pertenencias en lugares concurridos.
¿Necesito un visado para visitar Split?
Si eres ciudadano de la Unión Europea o de algunos países de América Latina, no necesitas un visado para visitar Split. Sin embargo, si eres de otro país, es importante verificar los requisitos de visado antes de viajar.
¿Cuánto tiempo necesito para visitar Split?
Depende de tus intereses y del tiempo que tengas disponible. Si solo quieres visitar los lugares turísticos principales, como el Palacio de Diocleciano y la Catedral de San Domnius, puedes hacerlo en un día. Sin embargo, si quieres explorar la ciudad con más detalle y disfrutar de su gastronomía y cultura, es recomendable que dediques al menos dos o tres días a tu visita.