A finales del siglo XIX, la zona en la que se encuentra el Ferry Building era el corazón del comercio marítimo de San Francisco, donde la carga llegaba tanto en barco como en tren. En 1898 se construyó este imponente edificio para albergar mercancías y personas en tránsito en la Bahía de San Francisco. Hoy en día ya no es el centro comercial de la ciudad, aunque todavía hay transbordadores a la bahía y autobuses operados por Amtrack. En 2003, el ayuntamiento decidió revivir el Ferry Building, transformándolo en un verdadero centro comercial y culinario, donde se pueden degustar los platos típicos de la tradición de la ciudad. Numerosas tiendas, restaurantes y el amplio mercado de productos agrícolas captarán tu tiempo y tu paladar.
La robusta estructura, que sobrevivió indemne a los fuertes terremotos de 1906 y 1989, fue diseñada por el arquitecto neoyorquino Page Brown y sustituyó a una anterior de madera. El tráfico marítimo en esta terminal empezó a disminuir drásticamente tras la apertura del puente de la Bahía y del Golden Gate. El derrumbe fue lento e inexorable hasta que la ciudad de San Francisco decidió reurbanizar la zona, renovando el edificio y definiendo un nuevo uso. En 2003 se reabrió el Ferry Building en su nueva forma.
Notar el edificio es sencillo, la torre con el reloj consigue hacerse notar incluso desde la distancia (si los rascacielos del centro lo permiten). Sólo te queda entrar y elegir el restaurante en el que podrás saborear un San Francisco auténtico pero también refinado. De hecho, hay muchos restaurantes de calidad, como Slanted Doors, cuyo chef Phan reinventa la cocina vietnamita: una experiencia definitivamente diferente. Es imprescindible visitar los puestos del Ferry Plaza Farmers Market, donde puedes encontrar comida de primera calidad; los mejores chefs de San Francisco vienen aquí a comprar, y a pesar de los precios no tan bajos, la calidad es ciertamente excelente.
